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En goalball no hay ceguera que limite la esperanza

diciembre 01, 2019




Cartagena, 1 de diciembre de 2019.
Un fuerte abrazo en equipo fue la escena que marcó el desenlace del primer partido que le dio la primera victoria a Cundinamarca contra Antioquia, en la Escuela Naval de Manzanillo en Cartagena.
Los asistentes proyectaban en sus rostros expresiones de admiración y sorpresa al ver el talento de los para atletas colombianos, cada uno con una historia personal y significativa que los motivó a representar a sus regiones en las justas deportivas más importantes del país.

Una de esas historias tiene nombre propio, Boris Eduardo Pedraza. Nació hace 28 años en Bogotá. Cuando estudiaba hace seis años, la carrera técnica en administración, conoció por un compañero el goalball. Ahora, es uno de los defensas clave en la selección de Cundinamarca.

Si conversas con Boris y me preguntas, “¿qué es lo que más te gusta del goalball?”, su respuesta será irrebatible: “mis compañeros. La amistad genuina e incondicional que existe entre nosotros es lo que más me llena el corazón”, afirmó el para atleta, padre orgulloso de dos hijos: Samuel y Juan. 

Después de cuatro años de entrenamientos intensos, este equipo, que se identifica más como una familia, llegó a los V Juegos Paranacionales con la misión de llevarse una medalla y demostrar su resiliencia frente a los momentos difíciles.

“El deporte para nosotros simboliza unión. Gracias al goalball  nuestras vidas y la de nuestras familias han cambiado”, señaló Boris, quien porta con honor el número uno en su camiseta.

Convicciones que tejen vínculos 
Preparar a un grupo de para atletas en goalball es un reto. El entrenador Nicolás Vanegas confesó que la exigencia física, la fuerza excesiva y la competitividad son un desafío, pero el trabajo más importante está en la mentalidad, mantenerse en sinergia con sus pupilos.

“Fue fundamental entender que la discapacidad no conoce de límites. Aunque algunos no puedan ver o tengan alguna condición visual, todos ellos son independientes, luchadores, profesionales que buscan siempre soluciones y llevar una vida normal. Hay que estar a la altura de ellos”, confesó Vanegas. 

El goalball es un deporte que requiere estrategias y tácticas y en el que se aprende todos los días, “me siento tan agradecido. Detrás del goalball hay seres humanos inmensamente valiosos”, puntualizó. 

Pruebas que estremecen 
Hace un año Boris Pedraza fue diagnosticado de lopus eritematoso sistémico, una enfermedad que afectó seriamente sus riñones, “estuve dos meses hospitalizado con un pie al otro lado. Los médicos me afirmaron que no podía volver a practicar deporte. Logré salir adelante, gracias a Dios y a mis compañeros que nunca me desampararon y siempre tuvieron la esperanza que iba a volver”, relató con lágrimas el para atleta, quien espera con ansias la llegada de sus hijos a Cartagena, sus fieles espectadores.
 
Aunque la vida de Boris se transformó a los 18 años, cuando perdió la visión por una enfermedad congénita, para él es una constante levantarse todos los días con la determinación de vencer cualquier dificultad, “cuando dejé de ver aprendí a conocer más a las personas. Antes tenía un carácter fuerte, ahora sueño con ser un ejemplo para mis seres queridos”, concluyó un ejemplo más de nuestra Colombia Tierra de Atletas.


Prensa Mindeporte
 

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