La silla de ruedas cumplió los sueños de niña de Johana Martínez Vega

Cartagena, 3 de diciembre de 2019. - “Nadie podía creer que a mis 23 años pretendiera empezar en el tenis en silla de ruedas y menos, llegar a ser profesional”, destaca Johana Martínez Vega, atleta de la delegación bogotana.

Como es tradición, la práctica de un deporte se inicia desde muy niño para desarrollar habilidades que luego los convierte en atletas de alto rendimiento. Pero la determinación de Johana no tiene límites. Nunca aceptó un no como respuesta y siempre estuvo segura de que alcanzaría sus sueños con dedicación y empeño.

Cuando era niña veía a su madre como una referente en su deporte favorito, el tenis. Aunque ella lo practicaba como un pasatiempo, para su pequeña hija era igual o mejor que Mariana Mesa o Fabiola Zuluaga. Ella fue su inspiración para querer practicar esta disciplina. Sin embargo, una parálisis cerebral motora con la que nació se vislumbraba como un obstáculo en su camino.

Los profesores que la entrenaban por esos años consideraron que su condición física no era la adecuada para continuar en el deporte. En su entusiasmo por hacer lo que más le gustaba, le pidió a su mamá que le permitiera abandonar los estudios para dedicarse exclusivamente al tenis, idea que le pareció descabellada y en la que no pudo respaldar a su hija. 

Para no alejarse por completo de su pasión, eligió la administración deportiva como profesión. Fue en ese momento en el que conoció el tenis en silla de rueda y vio la oportunidad de cumplir un sueño que tenía desde niña. “No pensé que fuera capaz de manejar una silla de ruedas y mucho menos de alcanzar una bola con mi raqueta.  El anhelo que siempre había tenido podía ser posible” afirma Johana.

Sus logros confirman que la lucha y la persistencia tenían sentido. Fue la primera en esta disciplina en participar en unos Juegos Paralímpicos: Beijing y Londres están en su palmarés, estuvo entre las mejores de Suramérica, también ha estado ubicada entre las mejores 36 del mundo, entre otros. 

Ha participado en las cinco ediciones de los Juegos Nacionales. Probablemente, esta será su última vez, pero no significa que se retirará del deporte.  Su meta a corto plazo es estar en Tokio 2020. Luego del retiro, su intensión es seguir promoviendo el tenis en silla de ruedas alrededor del país y en toda América Latina.  


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