Madre e hijo, un equipo que no sabe de límites

Ferney Rojas, atleta de boccia en los Paranacionales, tiene el apoyo fundamental de su progenitora, quien oficia de auxiliar en competencia. Manejan su propio código de miradas.
 
Cartagena, diciembre 4 de 2019.- La comunicación es uno de los procesos más importantes entre los para atletas y los auxiliares que los acompañan dentro y fuera de competencia, pues de eso depende en buena parte la obtención de los objetivos. Pero hay una conexión insuperable: la de una madre con su hijo.
 
Y en estos Juegos Paranacionales de Bolívar 2019 hay un ejemplo: Flor Garavito, una mujer dedicada, detallista y con una capacidad de concentración asombrosa, ha entregado su vida al cuidado de Ferney Rojas, su hijo que desde hace ocho años compite en boccia, en categoría BC3.
 
Verlos en competencia es toda una experiencia, pues es tan sorprendente como eficaz el lenguaje visual que entre los dos han construido para organizar sus jugadas y superar al oponente, pues Ferney no habla y a partir de movimientos con la cabeza, planea sus estrategias.
 
Como lo dicta el reglamento, el auxiliar de boccia no puede girar para ver el juego del atleta, debe hacer solo lo que él considere necesario para realizar un buen lanzamiento. Doña Flor está atenta a cada gesto que Ferney realice: movimientos a la derecha o a la izquierda para indicar la posición de la canaleta y un movimiento de afirmación cuando está, según él, bien ubicada.
 
“En el campo de juego no me desespero, estoy tranquila, pero no deja de angustiarme lo que suceda. Cuando es un juego de boccias intercaladas solo puedo pensar en qué puede estar pasando, siempre ruego que todo salga a favor para Fer”, expresa la madre orgullosa respecto a su labor como auxiliar.
 
Esta es la cuarta vez que participan en unos Paranacionales. En la edición anterior, la de 2015, Ferney se coronó campeón en dos ocasiones y en Bolívar esperan repetir la hazaña. “Venimos por el oro, necesitamos repetir lo logrado hace cuatro años, para eso nos preparamos y para eso estamos acá”, asegura Flor.
 
Tarea compleja en medio de la precisión, concentración y estrategia, características que definen a los 98 representantes provenientes de 14 departamentos del país que buscan consagrarse en el coliseo de Combate, de Cartagena.
 
Ambos lucharán por ese sueño, pero de lo que sí está segura Flor, es que tiene en su hijo a más que un motor en su vida. Ejemplo que la hace sentir la mamá más orgulllosa del mundo. “Todos lo saludan, gente que yo ni conozco. Aunque Fer no habla, se le facilita acercarse a la gente y contarle, a su manera, su historia de vida”, concluye emocionada.